martes, 16 de marzo de 2010

Un rayo de luz en la tormenta.



Dicen que la vida da muchos golpes, es cierto, pero también se dice que Dios aprieta pero no ahoga, pues bien, eso es cierto, cuando uno no está pasando un buen momento y parece que el mundo te arroya, que todo se vuelve contra ti, recibes un soplo de ánimo, de ilusión, porque eso es lo que recibí yo este fin de semana pasado, y nunca mejor dicho, un soplo de vida.
Estoy convencido de lo mucho que va a significar en nuestras vidas. Es difícil poder plasmar en unas letras las sensaciones que siente uno, pero por otro lado me apetece compartir con los demás como me siento, sobre todo con los dos protagonistas de la historia, como son mi niña y mi amigo Alejandro. Esta historia, como todo lo concerniente a ellos la veo siempre con un final feliz, porque con el amor que se dedican me pienso que son capaces de conseguir todo aquello que se propongan y de llevar a buen término todos los proyectos que emprendan en común.
Todo lo que estoy planteando no es ninguna novedad porque es sabido que siempre he apostado por ellos, pero quiero que sepan que me acaban de hacer un hombre muy feliz y que me han dado una razón más por la que seguir adelante. Es curioso cómo somos las personas, siempre tenemos la posibilidad de equivocarnos, pero cuando uno esta tan convencido de algo es como si no se le planteasen dudas, es por esto por lo que tanto Trini con yo mismo no dudamos de que van a ser unos buenos padres, que le van a dar una buena educación que intentaran que sea una buena persona y lo que es evidente, por los genes, que va a ser una preciosidad. Aún así quiero que sepan que siempre me tendrán al lado de ellos para cubrir cualquier contingencia, por algo se me va a otorgar, él para mí tan importante, título de ABUELO (ahí es nada).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Benvenido al selectísimo Club de la INMORTALIDAD.
Estoy seguro que será un reflejo de lo mejor de dos familas, de genes muy dispares y sobre todo, MUY QUERIDO.
Vuestro primer nieto, mi primer Oña.. siempre hay un primero.
Y mi lema: la mezcla de las especies, la mejora.
Disfrutemos de estos momentos, especialmente por los malos tragos de la vida.

FRANCISCO SANTANDER dijo...

Estoy de acuerdo contigo, aunque espero que puesto a elegir genes mejor los de las abuelas, por aquello del parecizo, por si se parece a los abuelos pobre niño.